Cecilio: la paleta y la bondad.

Ayer (sabado), fui a Angahuan, mi primo esta coordinando un programa de ayuda a esa población, asi que bueno, fui a acompañar a Sergi(t)o (les caí si no visitan su blog, a la izquierda, ya saben, la lista).
Angahuan es un pueblecito muy pequeño, en la meseta p´urepecha, esta a las faldas del volcan Paricutin, uno de los mas jovenes del mundo, en Michoacán.
Aunque todo esta muy chido y deben visitar, quiero hablarles de Cecilio, uno de los niños que conoci.
Como casi todos ahi, Cecilio vive en condiciones de pobreza, no hay educacion adecuada ni servicios basicos para la mayoria de la población, obviamente la alimentación no es la recomendable. La mayor parte del ingreso es del turismo y otra parte de la poblacion, dada su necesidad, deforestan para obtener combustible y madera para sus viviendas.
Cecilio se acerco y nos miraba, honestamente, pense que seria el conocido tramite de tener tras de ti un escuincle, pidiendo un peso, hasta que uno de los dos se cansara, de pedir o de negar, o hasta que el niño se fuera a pedirle a alguien mas.
De repente, Cecilio se fue, regreso un poquito mas tarde y tenia la mano cerrada, asi que pense que tendria algo ahi, le pregunte si ya le habian dado dinero y movio la cabeza de arriba pa´bajo, entonces se me ocurrio que mejor le ganaba y yo le pedia, pa ver que pasaba:
Lorenzo: Ya te dieron dinero?
Cecilio: aja
Lorenzo: Me lo das?
Corte a: Cecilio extendiendo la mano y depositando en la mesa, junto con un peso la leccion de bondad y sencillez mas encabronadamente contundente que he recibido en mucho tiempo.
En serio, un niño estaba dispuesto a darme todo lo que tenia, me quiso dar su peso . . . .

El es Cecilio, con una paleta grandota, dulce, como su caracter.